La Resurrección del Señor Jesús

Cristo es las primicias de la resurrección de la muerte, y su resurrección es el iniciador a la resurrección que todos los creyentes experimentarán (1 Co. 15:20). Los cristianos disfrutarán la vida resucitada igual que Cristo, con cuerpos glorificados (1 Co. 15:42-44). En esta vida sufrimos dolores y enfermedades, pero en la vida venidera no sufriremos, sino que disfrutaremos los cuerpos perfectos que ahora anhelamos impacientemente. ” [Jesucristo] fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos…”, Romanos 1:4. Si Jesús hubiera muerto y quedara muerto, Él habría sido como los millones que venían antes de Él, y como los millones que vendrían después. Pero no sucedió así. Su resurrección prueba que Él es alguien único en la historia del mundo: el Hijo de Dios. Su resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio, sino que es la unión que sostiene cada parte del evangelio. Sin la resurrección, los cristianos creerían en vano y no tendrían esperanza.

La única manera de obtener el perdón y vida eterna en Cristo es la de creer en Él y arrepentirnos de nuestros pecados. Cuando creemos en Jesús, recibimos todos los beneficios de su resurrección. Nuestra fe en Cristo es lo que nos une a Cristo y nos ayuda recibir el perdón de nuestros pecados. Una persona que continúa en la incredulidad asegura la ira de Dios para sí. Debemos de predicar el Evangelio para que otras personas obtengan el regalo increíble que Dios nos ofrece en Cristo. El Señor dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”, Juan 11:25-26.

— Hno. Chester Urbina G. Miembro IB Filadelfia
Renovación Año 4 – Edición 14