La fiesta de Pentecostés es la tercera fiesta que los cristianos celebramos; esta fiesta es también llamada Fiesta de las Cosechas o las primicias, se conmemora el día en que por primera vez Dios concedió su Espíritu Santo a la iglesia del Nuevo Testamento.
Pentecostés describe a Dios como Señor de su cosecha, quien selecciona y prepara los primeros frutos (primicias) de su reino, entregándoles su Espíritu Santo. La Fiesta de los Panes sin Levadura representaba para los judíos su compromiso de salir de una vida de pecado y vivir una vida a través de la perfecta ley de Dios; es lo que debemos hacer los cristianos pero no podemos hacerlo solo. La fiesta santa de Pentecostés refleja la voluntad de Dios de dar su Espíritu Santo para proveer de dones y poder espiritual a aquellos a quienes Él ha llamado. Este mismo poder nos capacita para ser obreros, nos dice Lucas 10:2 “pídanle al Señor para que envíe más obreros a sus campos.” (NTV) Quiere decir que le digamos a Dios que mande más obreros para predicar su palabra para que todos seamos salvos.
2 Timoteo 1:7 “pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.” (NTV)
Esto nos afirma que el Espíritu Santo de Dios nos entrega el poder con el amor de Dios, la motivación para obedecer y para cumplir la tarea de predicar el evangelio.
Así que hermanos y hermanas con la ayuda del espíritu de Dios cumplamos nuestra misión que es predicar las buenas nueva del reino para prepararnos para el siguiente paso en el plan de Dios, el regreso de Jesucristo que va a ser manifestado en la próxima fiesta que es la fiesta de las Bodas del Cordero.
— Hno. Jefrey Sandino M. Director Soc. de Intermedios
Renovación Año 4 – Edición 21