Mayordomía Integral

 Cada uno de los seres humanos necesitamos de la justicia, de la paz, del amor, de la gracia de nuestro Señor. El humano en su egoísmo, actúa como creador de su propia vida y en la ceguera del pecado, va dando tropiezos y golpes; sin darse cuenta va degradando su humanidad. Es ante esta realidad que la iglesia del Señor debe predicar el año agradable. El evangelio de Cristo restaura y humaniza, transforma la vida de pecado a una vida nueva en abundancia. 

 Hoy, el Señor nos recuerda de que Él es digno de recibir la gloria, la honra y el poder, porque Él creó todas las cosas; por Su voluntad existen y fueron creadas (Apocalipsis 4:11). Es decir, nos invita a tener una mayordomía integral. Dios nos ha dado un mensaje de esperanza, administremos este mensaje de manera correcta. Cada ser humano, cristiano, no cristiano, sano, enfermo, niño/a , adolescente, joven, anciano, con capacidad diferente es obra del poder creador de Dios. Un fiel mayordomo administra bien todo lo de su Señor. ¿Qué cuentas estamos entregando de nuestros prójimos? 

Reconocer el poder creador de Dios no se limita a decir te doy gloria y honra de dientes para afuera, sino debe ser una reflexión diaria en cómo entregar mi servicio a los demás seres humanos. Jesús en su oración pedía que fuéramos uno como Él y su padre son uno. Seamos la repuesta a la oración de Jesús, sintamos como nuestra la realidad de cada una de las personas que nos rodean, seamos un sólo ser con nuestro prójimo y así el Evangelio se hará una realidad que todos podrán ver y creer. 

Al responder a esta reflexión recordemos en ser uno con, los enfermos, los afligidos, los abatidos, los desempleados, los tristes, los huérfanos y las viudas, nuestras comunidades están llenos de ellos. Es momento de ser uno con ellos, servirles. Sirviendo a la creación de Dios le damos honra, gloria y poder a Dios. Sirviendo al prójimo somos administradores integrales del don más preciado, Su Gracia. 

— Hno. Erick M. Rivas Misionero A Los Pies de Jesús 
Renovación Año 4 – Edición 36