Retos de la vida Cristiana

Dos mil años después, la labor pastoral de Pablo pareciera fácil pero no lo fue. Cuando la carta de Pablo fue leída a los colosenses y los creyentes escucharon el fragmento en donde se les invita a dejar el enojo, la ira, malicia, calumnia, lenguaje obsceno, mentiras y vicios (Colosenses 3:8-9), seguramente muchos pensaron que Pablo estaba utilizando su posición para etiquetarlos o enrostrarle sus faltas. 

¿Cómo invitar a una nueva vida sin señalar las faltas de la vida vieja? ¿Cómo restaurar sin ofender? Sencillo, el creyente sabe que el Espíritu de Dios habla por medio de los hermanos y hermanas. Pablo lo expresa diciendo “en esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos.” (Colosenses 3:11) 

Amados hermanos, escuchémonos los unos a los otros, recibamos de todos y todas consejos y palabras de reflexión. No veamos quién lo dice e inclusive como nos los dicen. Afinemos el oído al Espíritu y oiremos la voz de Cristo en boca de cada uno de los hermanos y hermanas. Es momento de escuchar a Cristo invitarnos a seguirlo y a hacer realidad que Él es un camino a seguir, una verdad a comprender y una vida transformada a vivir. Atendamos la voz de Cristo, pongamos en práctica los consejos pastorales del Apóstol Pablo y hagámoslos realidad en nuestra amada comunidad de fe.

— Hno. Erick Rivas, Misionero A Los Pies de Jesús
Renovación Año 5 – Edición 20