Vivir en Cristo

1. Tened gozo

El gozo es una palabra muy utilizada en la Biblia, sólo en el Nuevo Testamento se menciona 58 veces, de las cuales 8 son en 2 Corintios. Un diccionario común lo define como placer, deleite, júbilo, alegría. Sin embargo, el significado bíblico va más allá y podría definirse como una alegría permanente que nace del interior de la persona que cree en Cristo. No es una emoción, sino una calidad de vida y no necesariamente refleja alegría exterior. Es esta última definición a la que Pablo apela, al decir Tened gozo.
El verdadero gozo cristiano no depende de las circunstancias (1 P. 1:6-8). De otro modo, Pablo y Silas no podrían haber cantado y orado luego de ser azotados y encarcelados (Hch. 16:25). Ahora, ¿Cómo cumplir la exhortación Tened gozo? Como resumen, podríamos decir que el gozo comienza por la obediencia. Si hay obediencia, habrá comunión con Dios y con los hermanos. Si hay comunión, hay gozo, Juan 15:10.

2. Perfeccionaos

La idea de perfección en la Biblia tiene que ver con la plenitud, Stgo. 1:4 «sin que os falte cosa alguna.» Otro texto que ilustra esta idea es Ef. 4:11-13 «a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.» «Perfeccionaos», dice Pablo, en otras palabras, busquen ser completos, crezcan espiritualmente.
Cada uno en un autoexamen puede ver que hay aspectos de la vida cristiana en los que puede considerar que se está bien, pero otros que no. Los corintios tenían como punto débil de sus vidas cristianas la carnalidad y la relación no óptima con sus hermanos, y eso les dice Pablo que deben arreglar para poder llegar a ser completos y eso mismo nos dice a nosotros.

3. Consolaos

Otras versiones traducen esta palabra como “Animaos”, o también como “Sed confortados.” No tanto se refiere a consolarse o animarse mutuamente, sino a recibir la exhortación con buen espíritu y actuar en consecuencia. Pablo les decía a los corintios: no se sientan mal por todo lo que les escribo, sino anímense y pónganlo en práctica.
El creyente espiritual recibe la exhortación con buena voluntad, pero el que es carnal a menudo «se ofende» cuando se le dice algo que debería hacer y que no hace. A los corintios les sucedía esto, por lo que el consejo bíblico era “Consolaos” o “Animaos”.

4. Sed de un mismo sentir

Muchos otros textos mencionan la misma idea. Este texto apunta hacia el área de los sentimientos, como Ro. 12:16 o Ro. 15:5,6. Otros, apuntan al área de los pensamientos, como 1 Co. 1:10. En ambos casos, podríamos argumentar «somos diferentes, no podemos sentir o pensar igual que el resto de nuestros hermanos». Sí podemos. Tenemos la mente de Cristo, y debemos pensar los pensamientos de Cristo. Pablo decía en Gá. 2:20 «y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí». Así sí es posible pensar y sentir igual en aquellos aspectos ordenados por la Palabra. Cristo no anula la personalidad, pero la moldea si estamos dispuestos a permitir que lo haga.
Somos llamados a ser «solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz». Debemos poner nuestro esfuerzo para mantener esta unidad ya lograda por Cristo.

5. Vivid en paz

Que sea la paz una forma de vida. No que tengan paz ahora solamente, sino que pueda convertirse en algo propio de sus vidas. Habían habido muchas peleas, pero ahora debe reinar la paz.
Ro. 12:18 «En cuanto de vosotros dependa» no se refiere a la posición de espectador, sino a hacer todo lo posible por vivir en paz. Aún cuando otro sea el que nos ha ofendido, buscar nosotros la oportunidad de restablecer la paz.
Ro. 14:19 Si no hay paz, imposible que haya mutua edificación. Si cumplimos todo lo que precedía a estas palabras en el texto considerado, podremos tranquilamente vivir en paz.

Por último, Pablo afirma que de hacer todo esto, el Dios de paz y de amor estará con ellos. No se refiere a la presencia de Dios, pues Dios, cumplamos o no, igual está con nosotros. Se refiere más bien a tener la aprobación de Dios. El consejo a Timoteo era «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse…» Que podamos tomar este consejo para nosotros y aplicarlo como seguramente lo hizo Timoteo.

Tomado de Siguiendo Sus Pisadas 
Renovación Año 5 – Edición 31