Es tiempo de confiar en Dios

(Isaías 55:8)

Confiar en Dios – tal vez no lo has notado, pero muchas veces al orar pedimos a Dios cosas tan específicas, que pareciera que le estamos exigiendo, algo que desde nuestra perspectiva humana creemos necesitar y al no obtenerlas tal cual las deseamos, comenzamos a renegar, a dudar, a perder la fe; olvidamos lo que Él mismo nos dijo a través del profeta Isaías “Sus proyectos no son los míos, y mis caminos no son los mismos de ustedes…

Un hombre era perseguido por varios malhechores que querían robarlo y después matarlo, así que se metió a una cueva que estaba de paso para ocultarse. Desesperado, se arrodilló y elevó una oración a Dios: “Padre todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada”.

En ese momento escuchó a sus enemigos acercarse y vio a una pequeña araña en la entrada de la cueva que rápidamente tejía su telaraña. Angustiado volvió a juntar sus manos, cerró los ojos y exclamó: “Señor, te pedí dos ángeles, ¡no una araña!, por favor coloca un muro en la entrada para que no puedan matarme”.

Al abrir los ojos, la arañita había tejido su telaraña en toda la entrada, y desde donde estaba escondido escuchó que uno de los malhechores decía: “¡vamos, entremos a esta cueva, seguro está aquí!”, pero otro le contestó: “¿acaso no ves que hasta telarañas hay en la entrada?, nadie ha pasado por aquí”, y siguieron de largo… A partir de hoy, agradezcamos y aceptemos con humildad las cosas y circunstancias que Dios pone en nuestra vida, confiando en que Él sabe que es lo mejor para nosotros

TRES RAZONES PARA CONFIAR EN DIOS

Creer en Él y no “en nuestra propia prudencia”

Jeremías escribió una vez, Así ha dicho Jehová: “Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5) Podemos confiar en Dios para que nos de la fuerza necesaria para superar cada obstáculo, orar porque sus planes para nosotros se cumplan y buscar consejo en las escrituras a través del estudio de las mismas. El punto principal a la luz de la palabra es “Fíate de Jehová de todo tu corazón” (Proverbios 3:5), Y no te apoyes en tu propia prudencia.” Porque “El que confía en su propio corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría será librado.” (Proverbios 28:26)

2.    Buscar su sabiduría

Siempre es acertado pedirle al Señor, mediante la oración, que nos dote de la sabiduría necesaria para tomar las mejores y más importantes decisiones que se presenten en nuestra vida. Esto fue lo que Santiago quiso decir cuando escribió: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5) El Rey Salomón también pidió sabiduría a Dios y le fue dada en su fe por confiar en Él y seguirlo:  “Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.” (2 Crónicas 11-12)

3.    Dejar Actuar al Señor.

Existen momentos en los que debemos reposar en el Señor nuestras cargas con la confianza de que Él nos fortalecerá para sobrellevarlas. En 1 Pedro 5:7, se nos exhorta a  echar “ toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. A pesar de sonar fácil, no lo es, porque el sentimiento de angustia e inseguridad ante un problema, nos hace pensar más en ese problema y nos resulta difícil desprendernos de todo lo que el implica. Sin embargo, en ese momento, es justamente necesario no estar ansiosos o afanosos “sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6) Recuerda que también hay sabiduría en reconocer cuando en nuestro tiempo de acción y cuando es momento de la acción de Dios.