Hay una cosa que tenemos que tener bien claro, y es el hecho que mientras estemos acá en la tierra se nos presentarán toda clase de dificultades, las cuales con la ayuda de Dios debemos superar.
Santiago en su carta nos lo explica de la siguiente manera: “Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene.” Santiago 1:2-4 (TLA).
Lo primero que Santiago nos aconseja es: “ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades”. Cualquier podría pensar: ¿Por qué nos vamos a sentir felices por pasar por dificultades?, y viéndolo desde el punto humano, no tiene sentido, pero Santiago ve más allá de una óptica humana, él ve las cosas desde una óptica espiritual. Santiago ha comprendido algo: ¿Qué ganamos con preocuparnos, afligirnos o entristecernos en medio de la prueba?, …Lo major es una actitud de fe y confianza en Dios, puesto que si tenemos fe y confianza en Dios mantendremos la calma y junto con la calma el gozo en nuestra vida.
Luego Santiago explica: “cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades”. Él comprende que la única forma de ser fuerte al enfrentar las dificultades es poniendo nuestra confianza en Dios y si a pesar de que las cosas no salgan como esperamos mantenemos esa confianza en Dios, al final nos hará fuertes. Y es que cuando aprendemos a confiar en Dios no hay dificultad que nos derribe, no hay dificultad que nos haga retroceder, pues nuestra confianza en Dios será el motor que nos impulsará a avanzar cada día rumbo al objetivo que Dios quiere para nuestras vidas. Santiago comprende que entre más confianza en Dios tenemos, más fuertes seremos para enfrentar cualquier clase de dificultades.
Santiago termina los versos que leímos escribiendo lo siguiente: “Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene”. ¿Por qué dice “hasta el final”?, porque muchos de nosotros hemos desistido en medio de la prueba, muchos nos hemos rendido a punto de superar esa prueba y hemos vuelvo a comenzar desde el principio. Cuando nuestra confianza en Dios es el motor que nos impulsa en la vida espiritual, debemos sacar fuerzas de donde no las hay para resistir cualquier prueba hasta el final pues solo así podremos ser mejores y obtendremos lo que se necesita para obedecer lo que Dios nos ordene.
Para ser mejores debemos de pasar por muchas pruebas. Alguien podría decir: “Si para ser mejor, debo de pasar muchas pruebas difíciles, entonces prefiero no serlo”. Pero yo le diría: Entonces, ¿Cuál es el objetivo diario en tu vida?, ¿Acaso no es ser mejores para Dios?, ¿Acaso nuestro objetivo no es agradar a Dios en todo?
Hoy te invito a enfrentar la prueba con una buena actitud, sin quejas, sin lamentaciones, sin reclamos, al contrario, agradece a Dios por la vida que te ha dado, por las personas que tienes a tu alrededor, pero sobre todo agradece a Dios por su presencia en tu vida. Sé fuerte en medio de la tempestad, confía en Dios a pesar de cualquier circunstancia y entonces, al finalizar esa prueba serás mejor de lo que eras al iniciarla
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Enrique Monterroza