Instrucciones de Pablo a Timoteo para los últimos días

Pero junto con la tristeza y la soledad también escucharemos una nota de victoria, a medida que Pablo le encargaba a su hijo en la fe su última tarea. Al escucharlo, estaremos escuchando lo que Dios quiere que oigamos. Por parte de Pablo, esta fue su palabra final para usted y para mí. Leamos entonces el primer versículo de este cuarto capítulo de 2 Timoteo, donde comienza el párrafo titulado

El encargo de Pablo a Timoteo

«Te suplico encarecidamente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su Reino»

Este fue un encargo o mandato muy solemne, pronunciado en presencia de Dios y del Señor Jesucristo, juez de vivos y muertos. Y también dice aquí, en su manifestación y en su reino. La aparición de Cristo y Su reino no son el mismo evento. Su aparición es la epifanía, el arrebatamiento de la iglesia. Su Reino se refiere a la revelación de Cristo cuando regrese a la tierra para establecer Su Reino. Y realizará dos juicios. Juzgará a los Suyos cuando los recoja del mundo. También juzgará a aquellos que se vuelvan a Dios en la Gran Tribulación. Y todos nosotros que somos creyentes nos presentaremos delante de Él para ser juzgados, en uno u otro momento. Nuestras vidas van a ser probadas para evaluar si hemos de recibir un premio o no.

Fue como si Pablo le hubiera dicho: «Ante el hecho de que tú, Timoteo, vas a presentarte delante de Él para que tu vida sea juzgada, esto es lo que tienes que hacer». Estas instrucciones para Timoteo son tan pertinentes a nuestro tiempo, como lo fueron en el tiempo en que fueron pronunciadas por el propio Timoteo. Esto fue lo que Dios nos está diciendo ahora a usted y a mí. Leamos el versículo 2 de este cuarto capítulo:

«que prediques la palabra y que insistas a tiempo y fuera de tiempo. Redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina»

La primera instrucción, que prediques la palabra significa que proclamara esa Palabra, que la comunicara por todos los medios. Esta frase fue como un llamamiento público, un lema para que la gente respondiera. Y este es también nuestro lema en la actualidad, un llamamiento a emprender una proclamación común.

Observemos la frase, que insistas a tiempo y fuera de tiempo, En otras palabras, significa que deberíamos predicar en todo tiempo, no importa el día o la hora en que tengamos oportunidad de hacerlo.

Y otra aclaración más sutil es que al predicar, Pablo no dijo que predicáramos desde la Biblia, o sea, que tomáramos un versículo de la Biblia y después urdir un sermón alrededor de él. Alguien ha dicho que un texto tomado fuera de su contexto, constituye un pretexto, No debemos predicar acerca de la Biblia o desde la Palabra de Dios, sino que tenemos que predicar la misma Palabra de Dios.

 

La instrucción que insistas a tiempo y fuera de tiempo contiene un verbo que tiene la idea de ser diligente o, mejor aún, de actuar con urgencia. Hay como una compulsión, un apremio sobre nosotros. Deberíamos estar siempre en estado de alerta, preparados para comunicar la Palabra de Dios en todo tiempo y ocasión que se presente, a cualquier hora, en cualquier época del año y bajo cualquier circunstancia.