El Apóstol Pablo mismo estaba pasando por otra puerta. Los creyentes que estén con vida cuando tenga lugar el arrebatamiento no pasarán por la puerta de la muerte. Dijo el apóstol en 1 Corintios 15:51 y 52, No todos moriremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos. La palabra griega que Pablo usó para hablar de su partida es «analusis«, una palabra totalmente diferente. Está formada por dos palabras, una de las cuales es luo que quiere decir «desatar» y «soltar». Esta palabra analusis se podía usar para referirse a desatar cualquier cosa, pero básicamente era un término náutico que se utilizaba para un barco que estaba amarrado al puerto, listo para hacerse a la mar.
El Apóstol Pablo tenía una concepción completamente diferente a lo que es popular hoy. Lo hemos escuchado en un culto fúnebre cuando se dice que «Fulano de Tal ha llegado por fin al puerto; ha estado viajando por un mar embravecido borrascosas, pero el viaje ha terminado, y él ha llegado a puerto seguro». Pablo estaba diciendo exactamente lo contrario. El estaba queriendo decir: «He estado amarrado al puerto». Y esto es la que es la vida; aun no hemos estado en ningún lugar; hemos estado atados a esta pequeña tierra.
El único escritor del pasado que ha captado ese significado de lo que el Apóstol Pablo dijo, fue Tennyson, en un poema muy conocido que dice: «El ocaso y la estrella vespertina, y una llamada clara para mí. Y que nadie lamente mi salida, cuando salgo a la mar». Y eso es lo que la muerte es para el hijo de Dios, amigo oyente. Es una liberación.
El Apóstol Pablo nos estaba diciendo: «No miréis a mi ejecución ni permitáis que la sangre derramada os pueda impresionar. Soy como un barco que ha estado atado amarrado en el puerto. Cuando la muerte llegue, realmente partiré para estar con el Señor Jesucristo, lo cual será mucho mejor».
Regresando al versículo 8 de este cuarto capítulo de 2 Timoteo, vemos que Pablo dijo, además. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día. Esta frase nos lleva al aspecto positivo. Pablo estaba mirando hacia el futuro. Él estaba esperando recibir una corona de justicia. Una corona es un premio, y el recibirá ese premio algún día. Creemos que todavía no se la habrán entregado, pero el Señor la tiene para él cuando comience a otorgarlas.
Hay varias coronas mencionadas en el Nuevo Testamento; una de ellas la encontramos en 1a Corintios 9:24-25, donde dice: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Esa es la corona para el atleta por ser un ganador en la pista de carreras de la vida. Y también hay una corona para el que gana almas, mencionada por Pablo en Filipenses 4:1,dijo: Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados. Se dará una corona a aquellos que tuvieron parte en llevar a otros al Señor. Pablo tendrá muchas coronas, no hay ninguna duda al respecto.