Si Dios salvara a todos sería permisivo con el pecado

Efesios 1:1-6

La Biblia habla de que hay personas escogidas (elegidas para salvación) y personas no escogidas.  No es que Dios condena a algunos y salva a otros, el ser humano se condenó a sí mismo cuando desobedeció en el huerto del Edén. Dios lo que hace es, por su amor y misericordia, salvar a algunos de los que van perdidos; Dios no tiene que salvar a nadie, pero Él decide salvar a algunos. Si Dios salvara a todos entonces sería permisivo con el pecado y no santo. La Biblia también enseña que la «elección» tomó lugar desde antes de la fundación del mundo.  La predestinación sigue a la elección.  Algunos dicen que la elección y la predestinación de los creyentes estuvieron condicionadas por lo que Dios sabía que el hombre había de hacer en cuanto al evangelio debido a su libre albedrío. (ie. creer en Cristo), pero esta teoría de que Dios escogió a los creyentes basados en algo que había en ellos, algo que Él sabía que los hombres iban a hacer, o que los predestinó basados en el (supuesto) libre albedrío, en realidad no tiene fundamento bíblico alguno.

La Biblia en ninguna parte dice que Dios estaba condicionado por el hombre para escogerlo y predestinarlo. Haber sido predestinado no significa que ya se es salvo o que algunos «vienen o nacen salvos». Todos los hombres nacen condenados y todos son hijos de ira y necesitan la salvación que es por medio de Cristo.  Aunque delante de Dios esto es un hecho seguro que tuvo lugar desde antes de la fundación del mundo, y fueron perdonados los pecados en la cruz, el plan debe de ser desarrollado a totalidad.

La salvación y la justificación deben ser aplicadas a cada persona que ha sido predestinada para ello y como resultado esa persona debe de permanecer (y permanece) fiel a Cristo. ¡Todo eso lo incluye la predestinación! Todo esto es resultado del puro afecto de su voluntad, del propósito santo de su determinación y propósito. El ser escogidos y predestinados no significa que ya se es salvo automáticamente y no se necesita arrepentimiento de pecados. El hombre que escucha el mensaje necesita: a. Creer al evangelio de Cristo para ser salvo, b. Entregarse a Cristo por medio de la fe y entonces es sellado con el Espíritu Santo de la promesa para el día de la redención.

Según el versículo 6 Dios le ha predestinado y adoptado como hijo y todo ello tiene un propósito: que usted, y todos quienes le conozcan, alaben la grandeza de la Gracia y bondad de Dios con la cual Él le ha honrado y favorecido al usted creer en su Amado hijo Jesús; no es para vivir ahora como le place. Un verdadero predestinado es fiel y permanece en Cristo.

Nos ha favorecido grandemente (v.6b): La idea es que Dios nos ha honrado, nos ha favorecido. La Palabra de Dios dice que Él escogió lo vil y menospreciado del mundo, lo que no era. En el Amado hemos sido enaltecidos, engrandecidos. En Cristo somos amparados por Dios, apoyados por Dios y hechos nuevas criaturas. Pero es porque a Dios le ha placido, no por mérito propio o porque nos debiera algo.

Es interesante notar que la medida de la redención y el perdón procedente de Dios es según las riquezas o abundancia de su gracia, de su favor y bondad para con nosotros. No hay lugar para la jactancia y el envanecimiento humanos.

Por su beneplácito y satisfacción personal nos ha dado a conocer que Él se propuso reunir en la persona de Cristo, cuando se cumpliera el tiempo, todo lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Colosenses 1:15-20). En Cristo se hace la paz con Dios, hay reconciliación y en Cristo Israel y los gentiles se unen para formar la Iglesia (Efesios 2:13-16).

Es interesante notar que se repite la expresión de 1:6 “para alabanza de su gloria”. Esto es para que los que esperan en Cristo le alaben y glorifiquen. El cristiano debe alabar los atributos, cualidades y caminos de Dios y debe vivir de tal manera que otros también den esa alabanza y gloria a Dios.