(Mateo 3:11)
Como en el mes de junio no tuvimos Renovación en forma impresa, damos a conocer este principio y seguiremos con los demás. Nuestra Iglesia Bautista Filadelfia se basa en Principios Bautistas, porque están sustentados en la Biblia. Además, es miembro de la Convención Bautista de Nicaragua, y porque Juan el bautista afirmó: “Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”. (Mateo 3:6, 11,13)
Juan el Bautista bautizaba en el río Jordán, pero “Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados”. (Juan 3:23). El bautismo no lava los pecados. Sólo Cristo puede perdonar pecados, que quede bien claro. Los Bautistas sostenemos que el bautismo no es un sacramento, sino una ordenanza de Dios, que todo discípulo debe obedecer, y debe ejecutarse por sumersión o inmersión completa. Bautizo viene del infinitivo griego “baptizein” (sumergir) y además,bautizarse simboliza muerte con Cristo a la vida vieja y resurrección a la vida nueva yes para personas convertidas y convencidas del perdón de sus pecados y de la vida nueva que Jesucristo ofrece (Gálatas 2:20). Por eso, los bautistas rechazamos la práctica de bautizar a recién nacidos y a niños muy pequeños, porque creemos que los padres no pueden tomar esa decisión de obediencia en lugar de sus hijos, sino que lo tiene que hacer el creyente mismo a partir de su conversión. Esa decisión debe hacerla la persona arrepentida de sus pecados y que entrega su vida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, con pleno conocimiento bíblico.
Los que bautizan por aspersión, ablución o por rociamiento de agua sobre la cabeza del bebé, no obedecen el mandato bíblico. En vez de eso, los bautistas presentamos y dedicamos al Señor a los bebés, así como Cristo fue presentado en el Templo (Lucas 2:22).
Las confesiones de fe bautistas entendemos el bautismo como una expresión externa del cambio interno que ya se ha efectuado. Lo imparte el pastor de la congregación, o cualquier otra persona autorizada por la congregación y que haya sido ordenada para el santo ministerio. El bautismo también se considera la identificación pública de la persona como cristiano y como miembro de una Iglesia en particular; y se requiere como criterio para participar de la cena del Señor y para asociarse como miembro, con derecho a voto en las iglesias bautistas.
Mateo 3:16 habla claramente que “Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. Esta es otra demostración bíblica del requisito para bautizarse. Examinemos estos pasajes: (Mat.3:1-12; Hechos 2:38); otro ejemplo: el eunuco le preguntó a Felipe: “Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Aquí encontramos a un hombre que sinceramente había comprendido las Escrituras y se había arrepentido de sus pecados. ¿Cuál fue la respuesta de Felipe el evangelista? “Si crees de todo corazón, bien puedes”. (Hechos 8:36-37).
En conclusión, afirmamos que recibir a Cristo de todo corazón y experimentar un cambio de vida es primero en el orden divino, el bautismo es segundo. Podemos encontrar este orden en Hechos 2:41-42; 8:12; 10:42-48; 16:30-34. Por último, los bautistas también damos la oportunidad a los candidatos al bautismo a que reciban clases de doctrina bautista para afianzarlos en la fe, para no ser llevados por todo viento de doctrina. Lamentablemente, hemos tenido la triste experiencia que muchos bautizados en esta iglesia ya no están con nosotros. ¿Qué nos hace falta como iglesia?