¿Cuál es el carácter y la conducta de los discípulos del Maestro? Nuestra mayor responsabilidad es ser imitadores de Cristo, porque si no lo único que estamos haciendo es duplicar los malos hábitos y los pecados en otra persona. Por eso Pablo decía: Efe 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.
Estamos llamados a imitar a Dios, como un hijo que imita a su padre amado, y a imitar a hermanos fieles, quienes a su vez imitan a Cristo: 1ª Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. Por eso, si eres padre o madre de familia, si eres hermano mayor o menor, si somos creyente en Cristo, ya estamos en la lupa, y nuestra mayor responsabilidad es permanecer en Cristo y en su Palabra, porque en el cuerpo de Cristo siempre hay alguien más buscando un modelo a seguir. No nos convirtamos en un mal modelo, seamos fieles, buscando y conociendo al Señor, y él hará el resto.
En Filipenses 3:17-21 Pablo aconseja: “Amados hermanos, tomen mi vida como modelo y aprendan de los que siguen nuestro ejemplo. 18 Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. 19 Van camino a la destrucción. Su dios son sus propios apetitos, se jactan de cosas vergonzosas y sólo piensan en esta vida terrenal. 20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo. Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador. 21 Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio”. (NTV)
Y Pablo dice a los corintios: “Ustedes mismos son esas cartas, aquellos que adoran y obedecen al Señor Jesucristo. Por lo mismo no necesitamos que ustedes nos escriban alguna carta a nosotros, sus rostros, sus vidas, su conducta, su amor al Señor y a nosotros su servicio, su obediencia, han quedado grabados en nuestros corazones” 2ª Corintios 3:2.
Y continúa Pablo: pueda ser que no sea evidente que tienen una impresionante estructura religiosa, o ministerial, pero, eso sí, todo hombre puede testificar que la obra de la iglesia de Corinto, es una obra de Dios. Cualquier persona lo puede ver, lo puede entender y reconocer. Dios ha obrado y está obrando entre ustedes, el fruto de nuestra predicación y discipulado en ustedes es evidente.
Mientras que la ley, o la religión solo puede manipular una conducta externa, el Espíritu Santo actúa directamente en nuestro corazón transformándonos de adentro hacia afuera. 2ª Corintios 3:3 “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”.
Un creyente genuino, no puede esconder el mensaje de Cristo en él, un creyente genuino es un mensaje vivo de Cristo, es una carta de Cristo con zapatos, los creyentes traemos un mensaje: Dios es amor, Dios es misericordioso, es perdonador, es poderoso para dar vida al que estaba muerto, es poderoso para hacer una obra preciosa de gracia en aquel que era un desastre y transformarlo a su imagen.
Y este mensaje no lo escribió en tablas de piedra, refiriéndose a la ley de Moisés, sino en el corazón. Y aquí se desprende una enseñanza maravillosa de la Palabra, la cual Pablo estará desarrollando. La obra de Dios en la vida de un creyente es interna, no es externa. Pablo no está diciendo: Solo los verdaderos “siervos ungidos de Dios” tenemos estas formas oficiales con sello celestial, exclusivamente para aquellos que nosotros bautizamos. El mensaje de Pablo es para los discípulos del Maestro.