Creer con el corazón para confesar al Señor

El énfasis bíblico para este mes de febrero está basado en Romanos 10:9. El apóstol Pablo afirma que con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Esto implica un doble propósito: 1) creer con el corazón es un requisito para ser salvo; y 2) con la boca se confiesa para salvación tanto de uno como pecador, así como anunciar la salvación a los inconversos. Nuestra iglesia Filadelfia se ha propuesto este año crecer tanto en lo espiritual como en número de nuevos creyentes. Porque por mucho tiempo nuestra iglesia ha estado un poco pasiva y no puede seguir así. Entonces todos los miembros de esta congregación tenemos este mensaje del apóstol Pablo: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación» (Romanos 10:9).

La Iglesia que fundó Jesucristo fue fortalecida por el poder del Espíritu Santo. Los discípulos del Señor tuvieron que esperar en la ciudad de Jerusalén hasta que fueron investidos por el poder de lo alto (Lucas 24:49 y Hechos 2:40-42). La iglesia tiene la obligación de practicar el mensaje profético: anunciar el evangelio a toda criatura. Por eso, el afamado pastor bautista estadounidense y defensor de los derechos civiles, Matin Luther King, Jr. dijo: “Si la iglesia no recupera su celo profético, se convertirá en un club social irrelevante sin ninguna moralidad y sin autoridad espiritual”. Y yo añado que además de club social, también se puede convertir en un salón de espectáculo, tratando de ganar visitantes vacíos de la gracia de Dios.

Lo que Pablo estaba diciendo era que la persona debía poner de acuerdo su confesión de fe y su vida. Su boca y su corazón deben de estar en completa armonía, expresando lo mismo. Es con el corazón que se cree. El corazón implica la personalidad total, la totalidad del ser. Algunas personas hoy dicen algo con sus bocas, incluso utilizan un vocabulario piadoso de devoción a Dios, pero sus corazones están lejos de Él. Así como dice Mateo 15:8-9: “Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.

Cuando usted exprese una confesión de su fe, es decir lo que usted cree, asegúrese de que su corazón exprese lo mismo, para que no esté usted pronunciando palabras que no significan realmente nada para usted personalmente, mucho menos para los demás. Una confesión expresada sin fe, se debe a que alguien se está engañando a sí mismo, o está cayendo en la hipocresía. Por otra parte, si hay fe sin confesión, puede deberse a cobardía. Y nos parece que el apóstol Pablo estaba diciendo que el apóstol Santiago tiene toda la razón cuando dijo en el capítulo 2 de su carta, versículo 20 que: «La fe sin obras es muerta». Es decir, si la fe no va acompañada de hechos, es una fe inútil. aquí tenemos las más grandes verdades de la fe cristiana, tales como que Jesús es el Señor (lo cual es admitir que Dios se encarnó en Jesucristo y por lo tanto Jesucristo es Dios) y que Dios le resucitó de los muertos, que es la verdad esencial del Evangelio. Si usted expresa esta confesión con fe en su corazón, la promesa de Dios va dirigida personalmente para usted, y se resume en las siguientes palabras: «Si cree, será salvo». Hermanos, a practicar la verdad de Lucas 24:49. Sin el poder de lo alto no puede haber mensaje profético para arrepentimiento de pecado.