¡Feliz Día del Padre!

“La celebración del Día del Padre es una ocasión propicia para reforzar los valores y conductas de la paternidad responsable, así como para destacar ejemplos de padres cumplidores. El Día del Padre es la fecha escogida en Nicaragua para honrar, expresar cariño y reconocimiento social a los hombres que cumplen con sus responsabilidades familiares de padres. A aquellos hombres que están, o han estado, al lado de sus hijas e hijos apoyándolos efectivamente en su desarrollo y crianza”. (Exposición de motivos, Ley No.811, Asamblea Nacional de Nicaragua, 6 de julio 2011). En 1960 se empezó a celebrar el Día del Padre el 23 de junio, sin registro exacto, “por decreto presidencial” (LHistoria.com).

Pero el propósito de esta reflexión es destacar la bendición y responsabilidad de ser padre. No todos los que engendran un hijo o hija son dignos de ser llamados padres, pues copulación no es sinónimo de paternidad. Y paternidad en general no es lo mismo que paternidad responsable. Existen muchos hombres que engendran, pero no todos se comprometen a desempeñar el papel de padre.

En Nicaragua, especialmente, predomina el machismo muchas veces exaltado por determinadas mujeres que admiran el flirteo masculino sin tomar en cuenta la responsabilidad de procrear una familia. Esa determinación tiene como consecuencia el creciente número de madres solteras que desempeñan el papel de madres y padres, mientras crece el número de ‘padres’ irresponsables.

Qué precioso sería escuchar estas palabras de un hijo que recuerda a su padre: “Los primeros recuerdos que tengo de mi padre son de él leyéndome, jugando conmigo y llevándome de excursión para pasar tiempo juntos. Él hizo que el aprender fuera una experiencia divertida”.

La verdad es que no es fácil ser un buen padre; sin embargo, existen principios básicos de gran utilidad. Muchos hombres han hallado que los sabios consejos de la Biblia los han beneficiado enormemente tanto a ellos como a sus familias. Examinemos algunos consejos.

Dedicarles tiempo a nuestros hijos. ¿Cómo les demuestra a sus hijos que son importantes para usted? Seguramente usted se preocupa de que tengan educación, comida, vestuario y techo. No haría esos sacrificios si sus hijos no le importaran. Aun así, si no les dedica suficiente tiempo, pueden pensar que usted se preocupa más por el trabajo, los amigos o sus aficiones, que por ellos.

Además de las comodidades y el tiempo que les dedicamos a nuestros hijos, también la Biblia advierte a los padres a participar activamente en la educación de sus hijos. Por ejemplo: Deuteronomio 6:6-7 exhorta: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.

Saber comunicarse con los hijos implica saber escucharlos y aprender a no reaccionar de manera exagerada ante lo que dicen.

Si sus hijos temen que usted pierda los estribos y los critique con severidad, no se sentirán con la libertad de expresar lo que piensan y lo que sienten. Pero si los escucha pacientemente, les demostrará que se interesa de corazón por ellos y será más probable que usted se gane la confianza de ellos.

Por ejemplo, Santiago 1:19 dice: “todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”. Cuando los padres aplican este principio, la comunicación con sus hijos mejora.

Cuando discipline a sus hijos debe hacerlo porque los ama y quiere que les vaya bien en la vida, no porque se siente decepcionado o enfadado. Disciplinar abarca aconsejar, corregir, educar y castigar cuando sea necesario.

Para finalizar, la disciplina surte un mejor efecto cuando el padre tiene la costumbre de elogiar a sus hijos, porque “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” (Proverbios 25:11). Los elogios enriquecen el carácter de los hijos, pues hacen que se sientan reconocidos y valorados. Elogiar a los hijos, los ayudará a elevar su autoestima y les dará un incentivo para que no se aparten del camino correcto.