«Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.» (1ª Corintios 15:17)
- La importancia de la resurrección para la persona de Cristo
- Su resurrección demostró que no era un mentiroso
Cada vez que Jesús anunció sus sufrimientos y muerte, siempre añadía la profecía: «Y resucitará al tercer día» (Mat. 16:21).
Si Cristo no hubiera resucitado tal como había anunciado tantas veces, entonces también deberían ser puestas en tela de juicio todas las demás afirmaciones que hizo.
De hecho, tendríamos que admitir que la decisión del tribunal judío que le juzgó por blasfemia cuando dijo que era el Hijo de Dios, tenía toda la razón al condenarle.
- «Fue declarado Hijo de Dios… por la resurrección de los muertos» (Rom. 1:4)
Por supuesto, los gobernantes judíos lo tenían por mentiroso. Todos recordamos cómo le hablaron de él a Pilato: (Mat. 28:63) «Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.»
- Su resurrección es la señal definitiva que confirma quién es Jesús
A pesar de la cantidad de milagros que Jesús hizo a lo largo de su ministerio público, los judíos nunca estuvieron satisfechos. Una y otra vez intentaban justificar su incredulidad diciendo que no tenían suficientes evidencias y pidiéndole «una señal» a su gusto. En un momento determinado, el Señor les dijo que la señal definitiva que él les daría sería su resurrección.
- II) La importancia de la resurrección para el Evangelio
Si Cristo no resucitó de entre los muertos, el Evangelio no existe. No hay ninguna buena noticia que anunciar. Veamos cómo la resurrección de Jesús afecta a las grandes doctrinas que conforman el Evangelio.
- La resurrección es la base de nuestra justificación
(Rom. 4:25) «El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.» Aquí hay un detalle importante que debemos considerar. Cristo tenía poder para resucitar por sí mismo:
(Juan 10:17-18) «Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar…»
- De su resurrección dependía la misión del Espíritu Santo
Jesús dijo que él les enviaría el Espíritu Santo una vez que hubiera subido al Padre. Como quedó claro más tarde, el Señor se refería a su ascensión después de la resurrección. Por lo tanto, si Cristo no hubiera resucitado, tampoco habría ascendido al Padre, ni enviado al Espíritu Santo.
III) La importancia de la resurrección para el creyente
- Su resurrección asegura e ilustra nuestra resurrección
Por cuanto él vive, ellos también vivirán. Si él hubiera permanecido bajo el poder de la muerte, no habría fuente de vida espiritual para los hombres. Si la vid estuviera muerta, los pámpanos estarían asimismo muertos.
- La confesión de la resurrección es la base de nuestra salvación
(Rom. 10:9) «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.»
- La resurrección de Jesús nos ofrece certidumbre en cuanto al perdón de Dios
El creyente sabe que sus pecados son perdonados, ya que si el Padre no hubiera sido satisfecho con la expiación ofrecida por su Hijo a favor de nuestros pecados no lo hubiera resucitado de los muertos.
El apóstol Pablo vio esta lógica claramente:
(1 Cor. 15:17) «Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.»
Por esta razón, la resurrección de Cristo nos permite enfrentar nuestro pasado.
- De la resurrección de Cristo depende nuestra santificación
La resurrección permite que vivamos de forma diferente porque se nos da un poder permanente que no teníamos antes. El agente de nuestra transformación y el único que nos da vida cada día a medida que vamos creciendo en Dios es el Espíritu Santo. Hemos sido unidos a Cristo de forma vital, y por eso recibimos vida y poder a través de su Espíritu. Hoy que rememoramos la resurrección del Señor, demos gracias por nuestra redención.