Una herencia familiar

La fe es algo que también puede heredarse cuando el testimonio de los abuelos y padres es fiel y verdadero. Todo hijo primero debe ver el ejemplo de trasformación y vida para que este mismo anhelo surja en su interior, pero no debe imitar los malos ejemplos de padres irresponsables. Esto es el reto: procurar una vida que conduzca a la salvación.

Pablo saludó a Timoteo como amado hijo, porque este joven era un motivo de alegría para el apóstol Pablo. Y después continuó: “Gracia, misericordia y paz”. El saludo incluye la palabra misericordia, que no aparece en los saludos de Pablo en otras cartas. Dios es misericordioso cuando no nos da lo que merecemos, es decir, juicio y condenación. Pablo necesitaba mucha misericordia y nosotros también la necesitamos.

Y el versículo dos termina diciendo “de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor”. El énfasis aquí recae en el señorío de Jesucristo, en el ministerio y en sus oraciones por Timoteo:  «Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día.»

Timoteo estaba en la lista de oración del apóstol Pablo. Fue evidente el gran cariño que Pablo tenía por Timoteo, y este versículo también nos muestra el cariño que Timoteo sentía por el apóstol.

El hecho de que Pablo hubiera sido detenido y se encontraba nuevamente en la cárcel e incluso, estaba por enfrentar la muerte, verdaderamente afectó a Timoteo. Por ello Pablo recordó sus lágrimas y deseó el consuelo de su compañía en aquellos momentos de soledad. Y añadió en el versículo 5:

«Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.»

Pablo vino del judaísmo, pero este joven, Timoteo, evidentemente, fue criado en un hogar cristiano. Tanto su abuela como su madre eran cristianas. Y seguramente tuvieron mucho que ver con la conversión de Timoteo a Cristo. El padre de Timoteo era griego y no se sabe si había creído en Cristo. «Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos»

Cuando el Apóstol Pablo puso sus manos sobre Timoteo, ese acto significó que Timoteo era un compañero de Pablo, en su ministerio; compartió con él el don de enseñanza de la Palabra de Dios. Creo que Pablo tenía la intención de transferir a Timoteo su ministerio y sus funciones. Este joven siempre había estado cerca de Pablo. Cuando éste se encontraba en la cárcel de Roma, dijo de él en Filipenses 2:20, porque no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros. Este era un hombre que podía llevar a cabo la enseñanza y predicación de Pablo, y por ello el apóstol le convirtió en su compañero, en su colaborador asociado. Y así compartieron juntos el ministerio.

Ahora vemos que Pablo aconsejó diciéndole: que avives el fuego del don de Dios que está en ti. Este hombre tenía un don y Pablo le recomendó que lo avivara. Sin duda Pablo estaría preocupado por Timoteo allá en Éfeso. Éfeso era la sede del templo de Diana y uno de los grandes centros de pecado del mundo Romano. Pablo mismo había pasado tres años en Éfeso y sabía que en aquella ciudad había muchas atracciones y tentaciones. Quizás Pablo temía que Timoteo no se dedicara a enseñar todo el consejo de Dios. Podemos ver aquí la preocupación del apóstol por aquel joven a quien llamó «amado hijo.»

Nuestros jóvenes no sólo necesitan el testimonio de los padres y abuelos, sino también necesitan un mentor espiritual que los guíe a una vida llena de frutos espirituales y ésta es la tarea de la iglesia.